ANIVERSARIO. Más de tristezas y derrotas antes que de alegrías y grandes victorias como el título de Campeón en el 2004 y cinco subtítulos. Así, en medio siglo de hacer rodar el balón en la cancha, Deportivo Cuenca ha ido forjándose como el ídolo morlaco.

Alborotó todo ni bien apareció en las canchas de Ecuador hace 50 años (4 de marzo de 1971) Eso es lo primero que recuerdan quienes fueron testigos directos en esa época. Había que ir a dormir en las afueras del estadio de El Ejido para conseguir un puesto en los graderíos de madera y ver los partidos, que se jugaban en domingo, desde las 11:30. Familias enteras acudían atraídos por la novedad del fútbol profesional.

Cuenta la historia que Gilbert Sotomayor, entonces concejal y quien lideraba la Comisión de Deportes del Cabildo de Cuenca, fue uno de los grandes artífices para el surgimiento del equipo cuencano. A él le correspondió liderar todos los cabildeos y gestiones para lograr que la Federación Ecuatoriana de Fútbol incluyera a un equipo cuencano en el balompié profesional.

Claro que todo fue por encargo del entonces alcalde de Cuenca, Alejandro Serrano Aguilar (+). Pues, él fue quien empezó a concebir la idea y no precisamente en suelo cuencano sino en los graderíos de los estadios de México, mientras vivía la euforia del Mundial de Fútbol 1970. Hasta allá se había ido como un apasionado por el fútbol para ver las jugadas espectaculares del gran Pelé de Brasil. Allá por 1994, nos contó que por coincidencia se encontró con un par de paisanos: Alfredo Peña y Polibio Vázquez. Con ellos, al calor de un tequila, hizo un ‘formal’ compromiso: fundar un equipo que represente a los cuencanos y azuayos.

Hasta que el 4 de marzo, en una asamblea, desarrollada en el Salón de la Ciudad del Municipio, se concretó la creación del Club Deportivo Cuenca, junto con la de la Asociación de Fútbol No Aficionado del Azuay (AFA). Ese día, el acta de fundación lo firmaron Alejandro Serrano, Mario Espinosa Pozo, Juan Eljuri Chica, entre otros empresarios, periodistas deportivos y más.

UN EQUIPO SENSACIÓN

El siguiente paso, la conformación del plantel y qué mejor que lo cuente Guillermo Jaramillo, uno de los cuencanos históricos. Hace memoria y recuerda que la base del primer equipo salió de la Selección del Azuay, que entre 1969 y 1970 representaba a la provincia en torneos nacionales, bajo la dirección del exfutbolista Carlos Raffo.

De allí salieron jugadores cuencanos como Gonzalo Coronel, Hugo Barrera, el mismo Jaramillo y otros. A ellos se sumaron el arquero Rodolfo Piazza, Iván Caicedo, Vicente Martínez, Gerardo Laterza (paraguayo), Juan Tenorio, Luis Martínez, Obdulio Aguirre (uruguayo)…

Una euforia excesiva, inversiones desmedidas y hasta indisciplinas, hizo que descendiera por las mismas y al año siguiente volvió a la serie de privilegio. Paso a paso, se fue sumando experiencia dirigencial y futbolístico, incluso fortaleciendo la plantilla con jugadores como el argentino Ángel Luis Liciardi, el zurdo mundialista Rubén Bareño, Gonzalo Castañeda, Aldo Virgilio Villagra, Fausto Klinger, Ángel Ramón Aguirre, José Agustín Messiano, el también cuencano Jorge Vélez.

Así, en apenas cuatro años de existencia, ya estaba entre los grandes del país y en 1975 ya se consagró como subcampeón y al año siguiente, un logro similar. Por consiguiente, vinieron las primeras incursiones internacionales en Copa Libertadores de América (1976 y 1977). Las otras veces fueron en el 2005, 2006, 2008, 2009 y 2010. Además, tiene dos incursiones en Copa Sudamericana (2017 y 2018).

Y SE HIZO ÍDOLO DE LOS MORLACOS

En medio de esas grandes jornadas, cada vez se sumaban más y más seguidores de diversas generaciones. De entre ellos se destacaban dos personajes: César Quinde (el hombro del bombo) y mamá Elsa Bustos de Pérez, quienes se convirtieron en el símbolo de la afición colorada. Cada domingo de fútbol, sus figuras fueron infaltables en los graderíos de la tribuna norte durante más de dos décadas.

DESDE 1971, CÉSAR QUINDE FUE UN REFERENTE PARA LOS HINCHAS. FOTO: EDUARDO TORRES

Claro y no podía faltar el tradicional claxon, constituido hoy en parte infaltable de la identidad del cuadro morlaco. Humberto Pesántez es su artífice y lo hizo luego de escoger una de entre 500 cornetas importadas de Italia y guardaba en las bodegas de su almacén automotriz.

En enero de 1994, el entonces presidente del Deportivo Cuenca nos contaba este pasaje de la historia, cuando escribíamos para el recordado AS DEPORTIVO de Diario El Comercio. Con nostalgia, recordaba que con la ayuda varios amigos, definieron un sonido original y que identifique con aquel “Deportivo Cuenca, otro gol”, ingeniado por el sacerdote javeriano Roberto Samaniego (un gustador del fútbol), que ese día también estaba en aquel local esquinero de las calles Mariscal Lamar y Manuel Vega (centro de Cuenca)

Aquel estruendoso sonido sigue escuchándose desde la tribuna Sur. Aunque a veces han querido silenciarlo, hoy, 50 años después, sigue inyectando motivación a los jugadores en la cancha. Pero también convocando incluso a esas nuevas generaciones de hinchas como la infatigable ´Crónica Roja’, que no para de alentar desde su exclusiva general sureste.

LA PRIMERA ESTRELLA

Tanto tiempo habían esperado sus seguidores hasta que por fin Deportivo Cuenca levantó su primera copa de Campeón de Ecuador. En el 2004 y de la mano del técnico Julio Asad, el Expreso Austral se proclama ganador absoluto a dos fechas de finalizar el torneo. 

Lo logró aquel sábado 8 de diciembre, tras vencer a domicilio al Aucas 3-2 en Quito y superar en el hexagonal final a Barcelona y Aucas, que llegaron con dos puntos de bonificación, y a Olmedo y Liga de Quito, con un punto, frente al 0,5 que recibió el cuadro morlaco.

Esa página de gloria fue escrita por jugadores como Raúl Noriega, Carlos Quiñónez, Jean Carlos Ramos, Segundo Matamba, Walter Calderón, David Valencia, Damián Lanza, el cuencano Pablo Arévalo, John Cagua, junto con los extranjeros Xavier Klimowicz (arquero), Raúl Velasco, Raúl Antuña, entre otros.

Ese título le dio derecho a una tercera incursión en la primera fase de Copa Libertadores de América, en la que alcanzó un resultado histórico al vencer 1-0 de local nada menos que al linajudo Boca Juniors, de Argentina. Ese gol lo marcó Édison Preciado.

LOS LEGENDARIOS

En ese ir y venir de hazañas y traspiés, la historia del Deportivo Cuenca fue escrita por grandes jugadores, cada uno con su calidad futbolística marcó su nombre en la memoria de los hinchas. Y para perennizarlos, hace 25 años, justo con motivo de las Bodas de Plata, mediante el voto de 328 personas, se designó al equipo ideal de hasta ese entonces y a una suerte de legendarios.

• Juan Domingo Pereira (arquero argentino) Llegó del Galicia de Venezuela. Se quedó 1979 y 1980. ¡Un arquerazo!

• Hugo Barrera (defensa cuencano) Uno de los iniciadores. Fue camisetas coloradas entre 1971 y 1980.

• Iván Caicedo (defensa ecuatoriano) Defendió al Cuenca desde 1971 hasta su retiro en 1983.

• José Agustín Messiano (defensa argentino) Jugó en el Cuenca entre 1974 y 1976. Antes jugó en el Sport Boys del Perú, Rosario Central y Selección de Argentina.

• Fausto Klinger (defensa ecuatoriano) En el Cuenca entre 1972 y 1979.

• Ángel Ramón Aguirre (volante argentino) Reforzó en 1974 y 1975, después de haber jugado en Concepción de Tucumán, Argentina.

• Miguel Ángel Mancilla (volante uruguayo) Se sumó en 1979, luego de jugar en el Saprisa de Costa Rica.

• Jorge Vélez (volante cuencano) Militó entre 1973 y 1979. Fue el trampolín hacia la Selección de Ecuador para Eliminatorias Sudamericanas 1978.

• Mario Tenorio (delantero ecuatoriano) Jugo en 1979.

• Ángel Luis Liciardi (delantero argentino-ecuatoriano) Fue la sensación del Deportivo Cuenca entre 1972 por ocho temporadas.

• Aldo Virgilio Villagra (delantero argentino) Llegó desde el Boca Juniors de Argentina en 1974 y se quedó hasta 1976.

UN GOLEADOR HISTÓRICO

Su récord se mantuvo imbatible por 23 años. En 1975 marcó 36 anotaciones en 41 partidos. Por eso y porque con sus goles hacía delirar a los hinchas, Ángel Luis Liciardi se convirtió en la máxima figura del Deportivo Cuenca de todos los tiempos, incluso hasta la actualidad.

A Ecuador llegó luego de que, como un ilustre desconocido, tuvo sortear problemas de migración y costearse sus pasajes de avión. Su única carta de presentación era que jugó a los 17 años en el Belgrano de Córdova.

EL ´TANO' LICIARDI MARCó 131 GOLES EN CINCO TEMPORADAS. FOTO: EDUARDO TORRES

Fue traído para que jugara en Macará de Ambato, pero este equipo no lo consideró y casi a punto de darse por vencido, se enfiló en Emelec (dos goles en 1971) Al siguiente año, el entonces dirigente del Cuenca, Antonio Chamoun, lo trajo por 2.500 dólares de prima y 12.000 sucres mensuales. Ese año marcó 24 goles, una razón contundente para convertirse en un verdadero ídolo.

Era un goleador nato y mantuvo cautivados a los hinchas cuencanos, con sus 131 goles (9 en Copa Libertadores) que anotó en las cinco temporadas (se quedó sin jugar en 1973) que reforzó al Expreso Austral.

Y quizá seguiría siendo el máximo goleador de todos los tiempos en Ecuador de no de mediar esos extraños del sistema de campeonato y más que ocurrieron en 1998, año en que el ecuatoriano Jaime Iván Kaviedes, marcó 43 goles en 39 cotejos ¡Vitrinaza! Para que Emelec lo vendiera al Perugia de Italia, al año siguiente.

LA CORONA DEL EQUIPO FEMENINO


EL 'EXPRESO AUSTRAL' SE ADJUDCÓ LA PRIMERA CORONA DE LA SUPERLIGA FEMENINA. FOTOS: DEPORTIVO CUENCA

Una nueva ilusión nacía y se concretada en el 2019. Deportivo Cuenca incursionaba en el balompié femenino ecuatoriano y lo hacía con un título de Campeón de la Superliga Femenina.

Ante la inesperada asistencia de miles de aficionados, las jugadores del equipo colorado se impusieron 2-0 (4-1 en el global) al Club Ñañas en la final. En todo el torneo sumó 23 victorias, un empate y dos derrotas (una en la mesa), con un total de 107 goles.

En medio de la ovación y alegría de más de 15.000 personas, la máxima goleadora Madelin Riera y sus compañeras de batalla levantaban la copa de campeones y escribían una página histórica con letras de oro. Incluso la propia Madelin impuso el récord absoluto de 44 goles, incluso superando con uno al mismo Kaviedes.

UNA NUEVA ERA EN CAMINO

Nataly Villavicencio rompió todos los esquemas patriarcales de una Cuenca tradicionalista. Desde el 2020 es la primera mujer en ejercer la Presidencia del ‘Expreso Austral’.

NATALY VILLAVICENCIO ES LA PRIMERA PRESIDENTA EN LA HISTORIA DEL CLUB.

Ella, arquitecta de profesión, llegó justo a tiempo para tomar de la mano al equipo y salvarlo de un inminente naufragio en el purgatorio de la Primera B o, peor aún, de ser sepultado en la Segunda Categoría.

Ahora las esperanzas están fincadas en su afán de devolver el protagonismo a equipo morlaco y volverlo en un grande de Ecuador. Para eso tiene como aliado clave a un grupo inversor, que se encargará de un sistema de gerenciamiento externo por 12 años, al que apuesta por primera vez el club en su medio siglo de vida y espera cosechar el éxito esperado.

Así es como Deportivo Cuenca ha escrito y escribe sus páginas día a día y va para largo en su historia de existencia.

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