¡Cómo no gritar, zapatear y hasta llorar si estoy que desbordo de tanta emoción! ¡Síiiii!!! Es al mirar a Richard Carapaz Montenegro cómo avanza fenomenal y deja atrás a su archirival, el esloveno Tadej Pogacar (plata) y otros favoritos para cruzar en solitario la meta tras los 234 km de la prueba de ruta del ciclismo en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020. 

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Así nuestro querido 'Mijín' acaba de escribir con tinta de oro su nombre y el de nuestro querido Ecuador en lo más alto del Olimpo. Miles de elogios, felicitaciones y agradecimientos le llueven desde muchos rincones de Ecuador y del planeta.

Es la segunda ocasión que Dios y la vida misma me permiten ver una medalla de oro olímpica para mi amado país y por eso estoy que desbordo de alegría. La primera vez fue hace 25 años, el 26 de julio de 1996, cuando el marchista Jefferson Pérez Quezada sorpendió al mundo con su oro en los 20 km marcha.

A la madrugada y por más de seis horas desde la noche del viernes 23, este sábado 24 de julio parmanecimos en vilo, muy pendientes de la participación del gran Richie. La motivación: no solo una corazonada sino toda la confianza que generaba desde mucho antes la 'Locomotora del Carchi', permanecimos pegados a las trasmisiones de la competencia. Esa confianza se levantó en una trayectoria de éxitos del hoy la nueva gloria deportiva de Ecuador.

Lo más próximo, se subió al podio del Tour de Francia 2021. Con su tercer lugar, se convirtió en el vigésimo humano en lograr ese podio. Antes, en el 2019, fue Campeón del Giro de Italia y, en el 2020, segundo en la Vuelta España. MisterChip, en su cuenta en twitter @2010MisterChip, resalta que es el primer hombre en la historia del ciclismo mundial que logra podio en esas competencias y logra oro olímpico en la carrera de ruta.

Es la segunda ocasión que Dios y la vida misma me permiten ver una segunda medalla de oro olímpica para mi querido país y por eso estoy que desbordo de alegria. La primera vez fue hace 25 años cuando Jefferson Pérez venció la incredulidad de todo un país al cruzar igual en solitario la meta de los 20km marcha, el 26 de julio de 1996, en los Juegos Olímpicos en Atlanta. Ni los compañeros de trabajo me creyeron cuando les dije que el entonces joven marchista ganaría una medalla olímpica. ¡En fin! Esa es otra historia.

LA CONSAGRACIÓN DEFINITIVA. RICHARD LUCE SU MEDALLA DE ORO OLÍMPICA.


EL 'MIJÍN' MÁS QUERIDO DE ECUADOR


¡Saludos mijines. Es algo que ni yo mismo me lo puedo creer! Es una de sus primeras reacciones, mientras se sienta en el privilegiado sitio para el 'Gold medalist' (Medallista de oro). Así de humilde es el Richie, de 28 años y nacido en El Carmelo, cantón San Gabriel, Carchi (norte de Ecuador), aún en medio de tanta gloria olímpica y de todas esas grandes conquistas.

Con la vieja bicicleta de su niñez.

Pero de pronto, cuando quizá nadie lo esperaba, Richard dio un golpe muy fuerte sobre la mesa y en su mensaje, un duro llamado de atención a los gobernantes. Sus palabras generaron un verdadero cisma. "El oro me pertenece. En Ecuador nunca han creído en mí". En una entrevista con un canal español, Richie afirmó que "Esto para mí es especial, porque he sido un deportista que salido casi sin el apoyo. El país nunca creyó en mí y yo lo disfruto porque esto me pertenece y a todos quienes realmente me apoyaron en su momento".

 Incluso denunció que en Tokio no tuvo ni masajista y que tuvo que recurrir a la ayuda de su equipo Ineos Grenadiers, que hasta le prestó la bicicleta. "Ellos son quienes me han dado la mano cuando realmente lo necesité". Sin embargo, aún a pesar de aquello, finalmente, mostrando la medalla de oro, confirmó que "esto es para mi país, sobre todo para quienes creyeron en mí".

Pues con su ya acostumbrado 'mijines', saluda con todos y cada vez vuelve feliz a su natal terruño. Así lo vimos en noviembre pasado, cuando hizo de motivador y asistente para los competidores de la Vuelta Ciclística de Ecuador. Allí lo saludamos por unos minutos en El Playón de San Francisco (provincia de Sucumbíos), uno de sitios por donde pasó el giro nacional.

¡No podemos estar más orgullosos! Es hoy el sentir de Richard Carapaz y de todo un país que lo ve, no solo como su gran ídolo deportivo, sino como un verdadero referente de superación y éxito.

A mí, no me queda más que agradecer de corazón a Dios, a mi madre (+) y al Richie por permitirme este gran privilegio de la vida.

'El mijín' al borde la locura por la emoción de haber ganado.